El 20 de abril fue un día marcado por un torbellino de emociones; nervios, felicidad y lágrimas convivieron juntas por unas horas. No era para menos. Delante tenía todas esas personas que quería que estuvieran allí, ni una más, ni una menos. A mi alrededor me respaldaba un abanico de libros que llevaban mi nombre, en cuya portada jugueteaba una silla de ruedas. Decidida empecé a leer la primera frase; mi mejor compañera es la valentía, pero en aquel momento… Me abandonó.
El libro Les aventures de la Rodas estaba en proceso de imprenta cuando Helena me comentó si me gustaría hacer la presentación en la Biblioteca Miquel Batllorí. A ella y al Ajuntament de Sant Cugat del Vallès les apetecía hacer este evento en el innovador espacio de Living Lab, en vez de en el místico claustro del monasterio que es donde se celebran los eventos de Fem un Museu. El día que me lo propusieron, me pareció una magnífica idea. Hacía un año que había hecho una charla allí. El científico Fernando Vilariño había preparado todo lo necesario para que la experiencia fuese genial.
Helena y yo nos pusimos en contacto con Fernando al que le pareció una buena idea. Nos vimos los tres un par de veces para planificar el acto. Finalmente, se acordó una presentación muy visual a través de la tecnología; esto consistía en que a medida que iba leyendo aparecía en la pantalla unas palabras del cuento escogido titulado Gus, Ananas y la amistad. Estas palabras escogidas
formaban al final un mensaje, ¡todo saldría estupendo!
¡Y llegó el día!
Casi un centenar de personas me acompañaron en aquella tarde tan especial. Fueron justas las que yo necesitaba a mi lado. Carmela Fortuny (teniente de alcalde), hizo una introducción del libro elegante y con gran sensibilidad. Gemma Cera (editora) presentó Les aventures de la Rodas con emoción y mucha dulzura.
Entonces, me tocó leer el cuento.
Leí la primera frase y… Me inundó una oleada de diversas emociones que acabaron en lágrimas. No pude continuar, Helena, mi hada, tuvo que acabar leyendo el resto del cuento. Tal y como teníamos acordado, las cuatro palabras que Fernando debía proyectar, las compartí. Sin proponerlo, surgió una combinar más brillante y auténtica. Al acabar el acto, estuve firmando junto con Helena casi cien ejemplares de mi libro.
Doy las gracias a todos los que me acompañaron en esa maravillosa tarde y sobretodo:
A los artistas que hacen posible, año tras año, un proyecto tan mágico como es Fem un Museu.
A Benet, a mis familiares y amigos que siempre están ahí.
A Jordi Gil Fernández y Jordi Muñoz que como siempre vinieron de tan lejos para acompañarme.
A Guadalupe… A la que tenía unas palabras para decirle pero no pude.
A Víctor por su esfuerzo y voluntad.
A Helena por todo lo pasado, por todo lo futuro.
A Fernando Vilariño por su buen hacer y su risa.
A la Biblioteca y a su directora, Laura Solà, por hacerlo posible.
A mis compañeros de Edda de Carli que a pesar de que no pudieron venir, estuvieron cerca de mí.
Fotos: @Localpres