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Puesto 42

Desde el 2 de febrero de 2020, en una cursa apoteósica en el Circuit de Catalunya, no volví a acompañar a Borja Mercader en ninguna de sus aventuras maratonianas. Sí que hubo un intento de correr en enero de este año, pero finalmente el Covid y las restricciones nos ganaron la partida y finalmente no nos pudimos presentar. Las ilusiones y el ímpetu quedaron stand by. Pero Borja es una persona de gran perseverancia, generosidad y con sentido de la superación; lo lógico es que todos esos ingredientes juntos tengan su recompensa… ¡Y vamos si la tuvo! La vida muchas veces tiene efecto rebote si te lo termina devolviendo. Borja, con la sonrisa recién estrenada, siempre está dispuesto a prestar una mano o a colaborar socialmente. Seguro que estaréis conmigo, pero con un ser así ¡es imposible que la vida no le premié! 

A finales de septiembre nos enteramos de que se celebraría la Mitja Marató Sant Cugat y no tuvimos ninguna duda en participar. Una maratón en Sant Cugat… ¡Teníamos que ir a por ella! Borja quería volver a enfundarse esa armadura de caballero del medievo que tiene olvidada en un cajón; yo necesitaba alejarme de mis quehaceres intelectuales para darle marcha a mi silla de ruedas manual.

 

Dispuestos e ilusionados, nos inscribimos a la cursa de 21 km para correrla el 20 de noviembre. Borja y yo quedamos una vez por semana para entrenar, pero las obligaciones rutinarias no quisieron que las citas se llevarán a cabo. Pero el empeño de Borja hizo que no fallara a sus citas en el Club deportivo R3 RIPOLLET TRIATLON, y creedme cuando os digo que entrenó bien duro para correr una maratón de 21 kilómetros. ¡Y encima empujando a una persona con una silla de ruedas! Aunque mi silla es una de las más ligeras, Borja tenía que hacer un sobresfuerzo añadido al ejercicio de correr, ya duro de por sí. Pero ¿qué sería de nuestras aventuras sin un obstáculo para saltar? Solo cuatro días antes de la maratón, me llega un WhatsApp donde me explicaba que había cambiado la inscripción por la de 5 kilómetros. Me preguntaba si me molestaba porque, claro, esa mañana lo habían operado. -Pero no te preocupes Pili -me decía Borja- Ha sido intervención local y ya estoy en casa. Me salió mi lado de madre adoptiva: -Borja, tú no puedes corres así, recién operado. Entiéndelo, primero es tu salud qué cualquier cursa. Y claro, la que perdí fui yo. El día de la cursa, Borja se dejó la armadura de caballero en el cajón, aquella que usó para correr en el Circuit de Catalunya.

Hace años leí que los superhéroes de verdad no llevaban capa y ni volaban; verdaderamente a lo largo de mi vida lo he podido comprobar. En todos los centros especiales que he asistido, siempre he conocido a alguien que día a día se superaba. Por ser mejores o por el simple pero complicado hecho de acercarse un vaso a la boca, ¡es ya una grandísima victoria! Personas que siendo conscientes o no, cada noche dejaban su traje de superpoderes en el armario, irse a la cama para seguir luchando al día siguiente. Pues el 20 de noviembre, pese a que Borja apareció equipado con su ropa deportiva, preparadísimo para comerse a bocados la maratón, yo estaba tan segura de que llevaba la capa debajo de la camiseta… Qué una hora después, el fabuloso puesto 42 que conseguimos me dio la razón.

 

Si tuviera que comparar la Mitja Marató con la del Circuit de Catalunya, diría que la evolución de Borja fue increíble. Aquella mañana, perdí la cuenta de las personas que dejamos atrás. En esta cursa ya no le di indicaciones de disminuir o acelerar la velocidad, me llevaba tan seguro que solo le iba advirtiendo de las irregularidades del suelo. La mañana del 11 de noviembre, Borja completó un recorrido de 5 km en 25 minutos y empujando mi peso más el de mi silla de ruedas. ¡Conseguimos el puesto 42! Todo un logro si pensamos que nuestros dorsales eran el 3261 y 3262 respectivamente. Y ¿sabéis qué? El viento traicionero, en un descuido, le hizo volar su capa y por fin todo el mundo se dio cuenta que mi amigo Borja esta creado de otra materia. De la materia de los superhéroes.

 

Gracias a Borja por dar luz a las sombras. Gracias a todos los Borja del mundo que ayudan a hacer visible lo que todavía está invisible.  

Pili Egea

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